miércoles, agosto 26, 2009

sábado, agosto 15, 2009

De luces y sombras


El verano acaba conmigo. Ni siquiera en mi escritorio, al amparo del aire acondicionado, saco ganas para pasar por mi rincón, ni por los vuestros. Pero bueno, ya que el límite de mi letargo está en las 8 de la mañana, aprovecho para dejar unas líneas en la blogosfera.
El verano está resultado tranquilo, no porque tenga poco que hacer, sino porque, con estos calores, yo me tomo la vida como en el Caribe. Que la prisa no cuente conmigo. Aún así he tenido tiempo para terminar el primer módulo del curso con unas notas bastante buenas y hacer mi primera incursión en el mundo de las clínicas veterinarias. Empecé con miedo, no sabiendo cómo iba a reaccionar, cómo iba a afectarme ver bicho enfermo tras bicho enfermo, pero llevo dos semanas haciendo prácticas y estoy encantada y aprendiendo mucho, no solo a hacer cosas sino a enfrentarme y sobrellevar otras, que es casi más difícil. Hemos tenido de todo, desde cirujías hasta vacunas, pasando por dos eutanasias, durísimas ambas, en especial una: la de Garbanzo.
No está siendo un buen verano para nuestros enanos. Se nos ha ido una parte muy importante de la tropa comunitaria, solo espero que Bremen y Garban hayan puesto el punto final a ésta maldita racha.
Sed muy felices ahí arriba, por aquí seguís dejando una estela de sonrisas.