viernes, agosto 27, 2010

Ukko: un nuevo inquilino



Lo de educar a los propios padres, en mi experiencia, es una absoluta utopía. Por eso ha llegado este pequeño a casa. Un pollo de jilguero, capturado. De forma legal? sí, porque ciertas sociedades tienen permiso para capturar un determinado número de individuos por temporada. Pero aunque esté dentro de los límites de la legalidad, no lo está de los de mi ética, y me entristece y cabrea a partes iguales que este pequeñín esté ahora en casa, por obra y (des)gracia de mi señor padre.
Reconozco que se me cae baba, porque a la vista está lo guapísimo que es y la simpatía os la tendréis que creer. Pero una cosa no quita la otra.
Y qué hacer? pues todo lo que pueda para que esté todo lo feliz que sea posible, como he hecho y haré siempre con cada peludo, emplumado o escamoso que ha pasado por aquí.
Siento tener que darte la bienvenida a Minas Pajaril, pequeño, pero mejor aquí que en otra casa, eso te lo aseguro.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ha caído en buenas manos. ¡Feliz estancia Ukko!

Trinidad

Lenka dijo...

Mejor ahí que en otra casa, Ukko, eso te lo aseguramos todos. Muy feliz estancia y disfruta de la amistad de Lala. Verás lo bien que entiende ella a los plumíferos y demás bicharracos!

Alberich dijo...

No hay duda de que estará como u n Rey...o como un Dios nórdico, jeje

Has leido el Kalevala, no?
;)

Inés Valencia dijo...

No le está yendo mal al peque ;)

Y, Albe, of course! es de lectura (y relecutra) obligada!