martes, septiembre 09, 2008

Fornos, la forja de un reino

Prólogo
Hubo un tiempo en que todos los reinos estaban unidos bajo el nombre de Pan-gea. Pero algo ocurrió al margen de la voluntad de Pan-gea.
La malvada Tectónicar abandonó su ardiente manto y emergió de las profundidades del mundo. Sismógrafor, antiguo profeta, ya lo advirtió, pero entonces nadie estaba en su onda.
Pan-gea, cual pan de molde, quedó dividida en múltiples rebanadas que jamás volvieron a unirse.
Pero el espíritu de Pan-gea no se extinguió, el asunto tenía miga.
A Norte quedó Hornadar, una pequeña porción de tierra, cuyos primeros habitantes fueron los llamados Homo pan. Aislados de sus congéneres por las infranqueables barreras impuestas por el malvado Lord Océanor, continuaron sus apacibles y silenciosas vidas. Mas una inquieta Homo pan decidió poner fin a tan tediosa existencia. Acercándose a un compañero le dijo: “holi”, y éste, emocionado, repitió la misma palabra. Muy pronto, todos la incorporaron a su , hasta entonces, inexistente vocabulario. Y se llamaron a sí mismos Pan-holis.
Tal grado de comunicación favoreció sus relaciones, volviéndose cada vez más mimosos, y fue así como surgieron los Pan-tomima, los seres más cariñosos que jamás existieran. Mas esta felicidad no duraría mucho, pues pronto surgieron los celos entre ellos, al disputarse mimos y atenciones.
Fue así como se fundaron los diferentes reinos de Hornadar: la costa oeste quedó dominada por Cortezar, áspera y dura tierra en busca de agua que la ablandase; los reinos más extensos de Hornadar, Hogazar y Bocador, se disputaban la hegemonía meridional, pero ninguno se atrevía a atravesar las lindes de Mohor, un inhóspito reino, de un verde algodonoso y engañoso; en la región central se encontraba Panera, que hacía frontera con todos los demás; en el este, y por encima de los aciagos parajes de Mohor, se encontraba Alergiar, y, al norte de ese reino, Cuscurror; el resto de tierras septentrionales se repartían entre dos reinos, Empanadar, un apacible y tranquilo reino, y Tenebrior, el reino oscuro donde se extienden los seres Tenebriosos.

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Hace algunos años, Sarapan y yo empezamos a crear Fornos, un reino de fantasía y locura que giraba en torno al pan. No llegamos muy lejos, pero tal vez desempolvando lo poco a lo que dimos forma, desempolvemos también imaginación y ganas.
Fornos merece su historia!!!

7 comentarios:

@AgenteSmint dijo...

Jajajajajajaja!!! Es buenísimo... qe recuerdo... para cuando desvelarás el imperio tiránico de la emperatriz Sar... bueno...creo que eso es otra historia...

Cris dijo...

Qué bueno Lal!!!! Jajaja.
Ains menos mal que nos has puesto el prólogo.
Ya era hora de que conociéramos la historia de Fornos.

Raksha dijo...

jajaja desempolvad y multiplicadlo!!! Grandes leyendas surgirán entre harina y centeno!!!

Ado dijo...

ya iba siendo hora de que compartieras con el mundo esa maravilla que es Fornos jajajaj

Jose dijo...

Mola!!jaja!!Lo he estado leyendo y se me formaban en la cabeza las imagenes cual cuento. Me recordaba a los minicuentos que Guillermo del Toro mete en El Laberinto del Fauno o el que hace con muñequitos en la nueva de Hellboy.

Queremos Las Cronicas de Fornos!!

Raksha dijo...

eso, eso, ¿por qué no un blog de crónicas de Fornos? Yo se de buena masa que Sarapan de Baguette tiempo tiene de sobra... y tú por ahora algo puedes sacar...

Eli dijo...

Jaja, Lalita, que imaginación...
¡Si es que donde hay talento...! ;)