Parece mentira que en un simple parque, dentro de una macrociudad como es Madrid, te puedas sentir tan aislada, tan alejada, tan tranquila. Pero el Retiro lo consigue, y además cada vez me descubre un nuevo rincón en el que nunca antes había reparado.
Siempre es un placer pasar unas horas en él, y ya no digo nada si la compañía es como la de ayer. Y si una pareja de ánades decide hechizarnos.
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viernes, abril 13, 2007
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1 comentario:
El martes comí en el retiro con unos amigos y hicimos exactamente el mismo comentario :D
qué bonitos patitos!
besitos!
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