jueves, enero 24, 2008

La insoportable levedad del ser, Milan Kundera

Dos hombres, dos mujeres, un perro, amor, celos, una invasión.
Una historia que gira en torno a todo esto, teniendo como marco a Praga, tiene que ser buena, por obligación.
Leerla es un disfrute, pero tambien una lección. Sobre cómo una misma cosa puede tener un significado totalmente opuesto para personas que parecen, o se creen, cercanas. Sobre lo que realmente importa. Sobre lo que realmente te importa.
A cada uno nos tocará una fibra, la nuestra. Y ésta ha sido la mía.

...Pero le da la impresión de que la pareja humana está hecha de tal manera que su amor es a priori de peor clase de la que puede ser (al menos en su caso, que es el mejor) el amor entre una persona y un perro, esa extravagancia en la historia del hombre, probablemente no planeada por el Creador.
Es posible que no seamos capaces de amar precisamente porque deseamos ser amados, porque queremos que el otro nos dé algo (amor), en lugar de aproximarnos a él sin exigencias y querer sólo su mera presencia.
Y luego: El amor hacia el perro es voluntario, nadie la fuerza a él.
Y lo principal: Ninguna persona puede otorgarle a otra el don del idilio. Eso sólo lo sabe hacer el animal, porque no ha sido expulsado del Paraíso. El amor entre un hombre y un perro es un idilio. En él no hay conflictos, no hay escenas desgarradoras, no hay evolución. Karenin rodeó a Teresa y a Tomás con su vida basada en la repetición y eso mismo era lo que esperaba de ellos. ...

1 comentario:

Moon dijo...

Hola! que tal guapa? Cuanto tiempo sin pasarme por aquí!!

Me encanta el post que has puesto. A mi, dadas mis circunstancias, tanto en el amor "humano-perro" como "humano-humano" me ha tocado...
Ya tengo un libro nuevo que añadir a mi lista de pendientes. Gracias.

Un besazo!!!